Como la verdad es la adecuación de la cosa y el entendimiento...
si los iguales se separan de los iguales, permanecen iguales, aunque no con idéntica igualdad. Del mismo modo, cuando el entendimiento y la cosa cambian, es, asímismo, necesario que la verdad permanezca, aunque sea distinta verdad, como, por ejemplo, si Sócrates se sienta, se entiende que se sienta, pero si, luego, no se sienta, se entiende que no se sienta.
—Tomás de Aquino. De veritate, artículo 6.